Damas y virreinas en el convento
Sor Juana de Festín
Palabras clave:
Monjas, Nueva España, México, Vida conventual, TeatroResumen
Durante el siglo XVII, el claustro femenino seguía manteniéndose como paradigma ideal de retiro y espiritualidad. El Padre Antonio Núñez, confesor de Sor Juana, exponía, en su Cartilla de la doctrina religiosa, que tomar los hábitos era morir al mundo y la opción de profesar en el convento significaba iniciar una nueva vida con la que imitar a Cristo, para “vivir crucificada y no bajar de la cruz hasta morir”. Con todo, el modelo de observancia propuesto por el jesuita resultaría difícil de adoptar porque, desde las mismas circunstancias de fundación de los conventos novohispanos, hasta la propia convivencia cotidiana en la clausura religiosa, favorecían el contacto extramuros. Un comentario de Juan de Palafox sobre las riñas ocasionadas en los conventos de Santa Clara y Santa Isabel, a causa de los espectáculos teatrales, ilustra bien cómo, a pesar de la clausura, este tipo de distracciones dramáticas, a cargo de compañías profesionales, eran frecuentes en el interior de los conventos.
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Derechos de autor 2021 Judith Farré

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